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Para comenzar se debe de saber que es el juego, tal como lo dice el diccionario es que es actividad que es realizada con la finalidad de entretener o divertir pero para hacerlo se debe de poner en práctica alguna capacidad o habilidad, ahora se debe de retomar el concepto de práctica educativa para la cual  Fierro (2008) nos da una definición donde nos dice que es “una praxis social, objetiva e intencional en la que intervienen los significados , las percepciones y las acciones de los agentes implicados en el proceso”(p.21). De la misma forma el juego no es solo una posibilidad de autoexpresión para los niños, sino también de autodescubrimiento, exploración y experimentación con sensaciones, movimientos, relaciones a través de las cuales llegan a conocerse a sí mismos y a formar conceptos sobre el mundo. “El juego permite a los niños experimentar con la realidad externa sin las limitaciones que esta normalmente impone, relacionarse con otros y otras en un plano de igualdad y gozar de una autonomía que les está dada en otros contextos y en otras situaciones”. (Godillo, 2011, p.198). Ambos significados comparten la idea del aprendizaje a través del juego libre sin una consigna y libre de restricciones.

Por su parte el juego con fines educativos y que a su vez, tiene lineamientos concretamente dirigidos hacia diversos fines como el  pedagógico y lúdico, dentro de este aspecto lo que se pretende es incitar al niño, mediante el juego, a explorar y descubrir lo que en condiciones normales no atrae su atención; lo importante es ejercitar aptitudes que permitan a los niños realizar descubrimientos por sí mismos y formarse una conducta, así el niño podrá descubrir sus necesidades vitales tales como las conductas sociales, a los otros seres vivos, las leyes del mundo físico así como los objetos técnicos. (Manzano, 2005, p. 298)  por lo que es importante llevar a cabo una serie de estrategias de trabajo de acuerdo a las características de los niños en particular.

2.2 Teorías que fundamentan el estudio

 

Acorde a las teorías que  hablan un poco sobre el juego como estrategia para favorecer aprendizajes en los alumnos, se retoma a uno de los importantes teóricos que habla sobre uno de los aspectos más importantes, el desarrollo del alumno, de manera que permite dar un panorama de la importancia que tiene el juego en el papel del aprendizaje con los alumnos, ya que esta idea parte desde las necesidades y características que tienen los alumnos.

Ahora bien se considera que para Jean Piaget (1956), el juego forma parte de la inteligencia del niño, porque representa la asimilación funcional o reproductiva de la realidad según cada etapa evolutiva del individuo, así como las capacidades sensoriomotrices, simbólicas o de razonamiento, como aspectos esenciales del desarrollo del individuo, son las que condicionan el origen y la evolución del juego. Hay que tomar en cuenta que Piaget asocia tres estructuras básicas del juego con las fases evolutivas del pensamiento humano: el juego es simple ejercicio (parecido al anima); el juego simbólico (abstracto, ficticio); y el juego reglado (colectivo, resultado de un acuerdo de grupo).

De la misma manera, Gimeno y Pérez (2003), definen el juego como un grupo de actividades a través del cual el individuo proyecta sus emociones y deseos, y a través del lenguaje (oral y simbólico) manifiesta su personalidad.

La característica principal de la etapa sensomotriz en la que se encuentran los alumnos de estas edades es que la capacidad del niño por representar y entender el mundo y, por lo tanto, de pensar, es limitada. Sin embargo, el niño aprende cosas del entorno a través de las actividades, la exploración y la manipulación constante. Los niños aprenden gradualmente sobre la permanencia de los objetos.

Así mismo retomamos a la  Teoría Vygotskyana (1924), en donde el juego surge como necesidad de reproducir el contacto con lo demás.  Naturaleza, origen y fondo del juego son fenómenos de tipo social, y a través del juego se presentan escenas que van más allá de los instintos y pulsiones internas individuales.  Para este teórico, existen dos líneas de cambio evolutivo que confluyen en el ser humano: una más dependiente de la biología (preservación y reproducción de la especie), y otra más de tipo sociocultural (ir integrando la forma de organización propia de una cultura y de un grupo social).

 

Finalmente Vigotsky establece que el juego es una actividad social, en la cual gracias a la cooperación con otros niños, se logran adquirir papeles o roles que son complementarios al propio. También este autor se ocupa principalmente del juego simbólico y señala cómo el niño transforma algunos objetos y lo convierte en su imaginación en otros que tienen para él un distinto significado, por ejemplo, cuando corre con la escoba como si ésta fuese un caballo, y con este manejo de las cosas se contribuye a la capacidad simbólica del niño.

Ahora bien, tomando al juego como una herramienta educativa, como lo menciona Silva (1995) refieren que:

"Las interacciones que favorecen el desarrollo incluyen la ayuda activa, la participación guiada o la construcción de puentes de un adulto o alguien con más experiencia. La persona más experimentada puede dar consejos o pistas, hacer de modelo, hacer preguntas o enseñar estrategias, entre otras cosas, para que el niño pueda hacer aquello, que de entrada no sabría hacer solo."

Es importante e indispensable la autonomía por parte del docente a partir a tomar decisiones con la finalidad de innovar en la práctica educativa con los niños, de manera que se tenga el objetivo que el alumno sea creador de su propio aprendizaje, que participe activamente y se vea interesado al hacerlo, es por ello que no tan sólo hay que considerar las etapas como lo mencionan las teorías antes mencionadas, sino que también es importante considerar los intereses de los niños, haciendo conjuntos estos dos aspectos de manera que permita crear ambientes y situaciones en donde los alumnos pueden jugar por medio de la manipulación, exploración y la interacción con sus compañeros, diversos ambientes y diversos materiales, ya que al hacerlo no solamente estamos interesando al alumno a aprender, sino que también fomentamos diversas habilidades, estimulamos sentidos y los apoyamos en su proceso de socialización con sus compañeros a través del trabajo de valores ante las situaciones de juego que se presenten con ellos, considerando juegos tan simples como el jugar a las escondidas, atrapadas, estatuas, etc como una forma de favorecer diversos aprendizajes en el trabajo con los alumnos.

Ahora bien, “El juego y su importancia en una propuesta Educativa Preventiva” (2018) nos resalta que algunos autores desde diversas perspectivas:

“Desde el punto de vista psicológico, sabemos que la relación juego-persona tiene que ver con el desarrollo de la identidad individual pues el juego es el otro con quien se habla, al que se le dan órdenes, se le piden favores, etc. (Santos, 2010, p. 589); tiene que ver con el desarrollo de la identidad de grupo en donde la persona se siente partícipe, con otros, en la mirada a un objeto común externo, frente al cual necesita alcanzar determinados objetivos (Silva, 2010, p. 158), proceso fundamental en cualquier itinerario educativo. Desde el punto de vista físico, sabemos que el juego es fundamental en el desarrollo corporal a partir de la civilización griega, específicamente con la organización social espartana (Ramos, 2005, p. 03). Es evidente que el desarrollo corporal de la persona depende en gran medida de las destrezas construidas desde las más tempranas edades. La educación física es uno de los ejes más importantes dentro del proceso de crecimiento de una persona pues favorece la adquisición de habilidades específicas y el mantenimiento de la salud (Zampa, 2007, pp. 03-04). En relación con la organización del pensamiento, no solo los juegos relacionados con el conocimiento tienen que ver con dicha organización, sino que también los juegos de mayor movimiento corporal exigen gran rapidez mental y excelente concentración (Silva, 2010, p. 162).”

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